Y la tarde llegaba hasta el horizonte
Un viento favorable hacía todo lo posible
La mar cantaba su mejor tonada
La risa y el encanto flotaban allí / cerca
Todo estaba dispuesto y perfecto
El sol teñía de sangre su muerte en el cielo
y una luna guiñaba sus ojos de mujer
Cada transeúnte se embelesaba
y tomaba miles de fotos coleccionables
pero yo... no entendía
el porqué en mi vientre
flotaban las mariposas
si tu aún no existías...
y en ese momento en que todo era perfecto
perfumado el atardecer
de entre las olas,
bellísima y vibrante
surgiste tu.
Francisco Pinzón Bedoya (Autor)