Esta es una selección de todos aquellos poemas que me han estremecido el corazón..

Un reencuentro con la mayor expresión artística del alma.. La Poesía..

22 de febrero de 2014

Después de conocerte



Después de conocerte te presiento
como si otra vez fuera a conocerte.
No necesito verte para verte,
ni hablar para decirte lo que siento.

Está en mi pensamiento tu presencia
como la luz del sol durante el día,
y si te vas, te quedas todavía;
está llena de ti tu propia ausencia.

Mi amor está en perpetuo nacimiento
más allá de la vida y de la muerte.
Como si otra vez fuera a conocerte
después de conocerte, te presiento

Gregorio Marañón (Autor)

7 de febrero de 2014

Indecisa y cambiante


Indecisa y cambiante, ¿eres amor o muerte?
¡Ay, ven, sirena esquiva, que te estoy esperando!
Es la palpitación de origen quien podría
acogerte, y besarte, y ofrecerte un refugio
caliente de jazz-hot y trances convulsivos
como, cuando bailando, se pierde la conciencia.
Ven tú, amorosa, ve como la noche crece,
deseo sin objeto, tú que eres el no-objeto
y el placer imposible que en el límite busca
infinitudes ciegas. ¡Ay, no-tú, sirena, no-sí,
sí, ven, sirena indecisa, transparente, inasible,
temblorosa de luces, soñadora, engañosa,
tú, tejido del iris, centelleo, sonrisa
hasta mi dulce llanto y a esos gritos salvajes
que no son el amor, o sí son, o al no ser
te llaman desde el centro del tornasol nocturno
tiránica, traviesa, fascinante, escapada,
y niña, y absorbente como un vórtice suave,
y riendo, riendo, mortal como un pecado
que no existe mas haces con tu burla que exista
Tan cruel, encantadora, pasajera, incitante,
que líquida, impalpable, movimiento sin móvil,
descubres, desnuda, la clara realidad!
Entonces flota el mundo casi feliz, dudoso,
en torno tuyo, como único eje, único núcleo
Y el recuerdo anochece lentísimo en la brisa.
Y tú, nunca creída, y tú, siempre sabida,
te ofreces para nada, te niegas para más,
como un antiguo ensalmo y un murmullo al oído,
cuando ya todo duerme, y tú casi no hablas,
o no cantas, o no ríes, me entonteces con suspiros.
¡Oh tú, dime quién eres!
¡Oh sirena, dime que me amas!

Gabriel Celaya (autor)

2 de febrero de 2014

Te escucho


Escucho tu voz entre el aire que guardas en tu océano..

..Llenas mis playas con tus canciones

 y..

cada amanecer..

 te escucho cantándome suavemente.. 

***

1 de febrero de 2014

Oda al amor


Amor,
no es posible
engañar o engañarnos.
Fui ladrón de caminos,
tal vez,
no me arrepiento.
Un minuto profundo,
una magnolia rota
por mis dientes
y la luz de la luna
celestina.
Muy bien, pero, el balance?
La soledad mantuvo
su red entretejida
de fríos jazmineros
y entonces
la que llegó a mis brazos
fue la reina rosada
de las islas.

Amor,
con una gota,
aunque caiga
durante toda y toda
la nocturna
primavera
no se forma el océano
y me quedé desnudo,
solitario, esperando.

Pero, he aquí que aquella sirena
que pasó por mis brazos
como una ola
aquella
que sólo fue un sabor
de fruta matutina,
de pronto
parpadeó como estrella,
ardió como paloma
y la encontré en mi piel
desenlazándose
como la cabellera de una hoguera.

Amor, desde aquel día
todo fue más sencillo.

Obedecí las órdenes
que mi olvidado corazón me daba
y apreté tu cintura
y reclamé tu boca
con todo el poderío
de mis besos,
como un rey que arrebata
con un ejército desesperado
una pequeña torre donde crece
la azucena salvaje de su infancia.

Por eso, Amor, yo creo
que enmarañado y duro
puede ser tu camino,
pero que vuelves
de tu cacería
y cuando enciendes
otra vez el fuego,
como el pan en la mesa,
así, con sencillez,
debe estar lo que amamos.

Amor, eso me diste.
Cuando por vez primera
llegaste a mis brazos
pasaste como las aguas
en una desenfrenada primavera.

Son angostas mis manos,
las cuencas de mis ojos
para que ellas reciban
tu tesoro,
la cascada
de tu interminable luz, el hilo de oro,
el pan de tu fragancia
que son sencillamente, 
Amor, 
mi vida.

Pablo Neruda (Autor)