Después de conocerte te presiento
como si otra vez fuera a conocerte.
No necesito verte para verte,
ni hablar para decirte lo que siento.
Está en mi pensamiento tu presencia
como la luz del sol durante el día,
y si te vas, te quedas todavía;
está llena de ti tu propia ausencia.
Mi amor está en perpetuo nacimiento
más allá de la vida y de la muerte.
Como si otra vez fuera a conocerte
después de conocerte, te presiento
Gregorio Marañón (Autor)