Como una limpia mañana de besos renovados
cuando las plumas de la aurora comenzaron a marcar iniciales en el cielo.
Como recta caída y amanecer perfecto.
Amada intensa como una violeta de cobalto puro
y la palabra clara del deseo.
Gota de anís en el crepúsculo
te amo con aquella esperanza del suicida poeta que se meció en la mar
con la más grande de las promesas románticas.
Te miro así, como mirarían las violetas una mañana ahogada en un rocío de recuerdos.
Es la primera vez que un absoluto amor de oro hace rumbo en mis venas.
Así lo creo, te amo
y un orgullo de plata, me corre por el cuerpo.
Efrain Huerta (Autor)