Esta es una selección de todos aquellos poemas que me han estremecido el corazón..

Un reencuentro con la mayor expresión artística del alma.. La Poesía..

31 de mayo de 2014

Tu sueño era mi sueño


Aquí 
en esta orilla blanca 
del lecho donde duermes 
estoy al borde mismo 
de tu sueño. Si diera 
un paso mas, caerla 
en sus ondas, rompiéndolo 
como un cristal. Me sube 
el calor de tu sueño 
hasta el rostro. Tu hálito 
te mide la andadura 
del soñar: va despacio. 
Un soplo alterno, leve 
me entrega ese tesoro 
exactamente: el ritmo 
de tu vivir soñando. 
Miro. Veo la seda 
de que está hecho tu sueño. 
La tienes sobre el cuerpo 
como coraza ingrávida. 
Te cerca de respeto. 
A tu virgen te vuelves 
toda entera, desnuda, 
cuando te vas al sueño. 
En la orilla se paran 
las ansias y los besos: 
esperan, ya sin prisa, 
a que abriendo los ojos 
renuncies a tu ser 
invulnerable. Busco 
tu sueño. Con mi alma 
doblada sobre ti 
las miradas recorren, 
traslúcida, tu carne 
y apartan dulcemente 
las señas corporales, 
por ver si hallan detrás 
las formas de tu sueño. 
No lo encuentran. Y entonces 
pienso en tu sueño. Quiero 
descifrarlo. Las cifras 
no sirven, no es secreto. 
Es sueño y no misterio. 
Y de pronto, en el alto 
silencio de la noche, 
un soñar mío empieza 
al borde de tu cuerpo; 
en él el tuyo siento. 
Tú dormida, yo en vela, 
hacíamos lo mismo. 
No había que buscar: 
tu sueño era mi sueño.


Luis Cernuda (Autor)

30 de mayo de 2014

Nuestro Paraìso De Hugo Mujica - Hablando de Poetas.





Todo se abre y el verlo
abre el alma,
el alma que es ese abrirse.


(El paraíso no fue perdido
lo perdido es el asombro.)


Hugo Mujica. Poeta y ensayista argentino.

---

25 de mayo de 2014

Olvido, tajo al viento - Hugo Mujica




Llegar hasta el fondo de lo que somos 

sin dejar más huella que un tajo en el viento,


que un olvido ya olvidado..

y después seguir, seguir.. 

hasta donde cada uno quede atrás,


porque solo lo que no es.. 

no lo separa de nada.. 

***


23 de mayo de 2014

Te llamo mi sirena


Existen días en que cierro los ojos y busco en el mar nocturno tu mirada,
allá donde la música del aire se confunde con el agua.

Por eso también te contemplo sirena mía, para saber de verdad quién eres,
qué palabras pronuncias en el sueño, 
cómo duermes en el fondo de ese mar que miro
y cómo te ves cuando no te veo…

Te miro desde la tarde donde las estrellas huelen a murmullo
y vigilan las caricias de los amantes. 
Te miro desde el silencio de este puerto, 
desde el rescoldo de la existencia que ha dejado tu partida…

Me refugio en la tarde,
 en esos colores que se deslavan, 
comunión de la luz y la sombra, 
es ahí donde te encuentro, 
lejana siempre, querida siempre sin saber de ti. 
Las palabras atardecen hasta volverse silencios que te buscan…

Te persigo, te toco sin tocarte,
te sujeto con un hilo de agua, 
te tiendo redes de viento, lanzo palabras para formar un puente, el recuerdo de un mañana que se disipa dejando huellas en el alba…

Persigo el mar que no se dice, el innombrable silencio, 
la palabra exacta que designe tu mirada.
Entre la música del mar, te tiendo palabras y silencios, 
redes de plena melancolía, porque sin mirarte, pinté tus ojos desde siempre… 

Por eso tu presencia es un secreto, 
una perla oculta al fondo de la ausencia, 
un viento que se escapa.

No tengo un nombre para nombrarte, 
simplemente te llamo mi sirena…  

Felipe Garrido (Autor)

Notable cuentista, poeta, ensayista, traductor,
editor, articulista y catedràtico tapatìo, nacido en 1942, 
contemporàneo y amigo de Don Salvador Novo.
Premio Javier Villaurrutia en el 2011 por "Conjuros"


Y sigo a la espera de ti

.

21 de mayo de 2014

Claridad - Hugo Mujica



Nace el día 
bajo un cielo despejado.. 

la claridad en la que todo 
se muestra, 
lo que hacia ella brota 
 y lo que su misma luz marchita.. 

Todo nacer pide desnudez, 
 como la pide el amor..
 como la regala la muerte.

*** 

18 de mayo de 2014

Rayuela Capìtulo 7 - Julio Cortàzar

-

Este poema de Neruda me recuerda tanto a Cortàzar en el Capìtulo 7 de Rayuela..

Va.

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, 
voy dibujándola como si saliera de mi mano, 
como si por primera vez tu boca se entreabriera, 
y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar,
 hago nacer cada vez la boca que deseo, 
la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, 
una boca elegida entre todas, 
con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, 
y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

     Me miras, 
de cerca me miras, 
cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope,
 nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, 
se acercan entre sí, 
se superponen y los cíclopes se miran, 
respirando confundidos, 
las bocas se encuentran y luchan tibiamente, 
mordiéndose con los labios, 
apoyando apenas la lengua en los dientes,
 jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. 
Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, 
acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces,
 de movimientos vivos, de fragancia oscura. 
Y si nos mordemos el dolor es dulce, 
y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, 
esa instantánea muerte es bella. 
Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, 
y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

(Precioso tambièn, se nota que se leìan uno al otro)

10 de mayo de 2014

Me apeteces


Voy a hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos. 
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, 
voy dibujándola como si saliera de mi mano. 
No volverán las oscuras golondrinas, pero qué importa. 
Hace frío y me apeteces. También cuando no hace frío, no te preocupes. 
Me apeteces a destiempo, incluso, cuando no pienso en ti
pero suenas de fondo. 
Estás detrás de cualquier delante. 
Eres la base de todo lo que sucede, a ver si me explico.
 Y me imagino contigo. Solos. 

El mundo atardece tras la ventana, y el viento sopla fuerte, 
me lo dicen los árboles cuando se agitan. Y yo estoy contigo, dentro. 
Aquí otro huracán agita mi pecho, proveniente de tu boca entreabierta, 
la cual parece la entrada a no sé qué lugar, pero quisiera meterme. Y quedarme allí. 

Me suenan tus cantos de sirena cuando te ríes, y yo voy a dejarme arrastrar por el deseo de querer abrazarte toda la vida. 
Voy a dejarme, te lo juro. No opondré resistencia si te acercas hasta que ni alejarme pudiese ya separarnos.

 "¿Qué es poesía?", me preguntas. 
Qué es poesía, y yo me callo, y es que sólo sé que poesía no era nada de lo que había conocido hasta encontrarte. 

Que poesía tiene que ver algo contigo. Quizá tenga que verlo todo. 
Poesía quizá es cuando dices mi nombre y me sorprendo pensando
 "¿Seré yo ese a quien llama?, ¿tendré tanta suerte?". 

Y sí, es a mí, y parece que el mundo baile, o que mi corazón se encienda, 
así como esa respuesta que repentinamente evita que me haga preguntas.
 Y yo soy feliz, sin saber cómo, pero qué importa. Qué importa. 
Se que estás tú para aguantar mi desequilibrio. 

Que cuando voy a caer me besas, y me abrazas y me curas, y que vuelo con tus alas, cuando te quedas a dormir sin yo pedirte que duermas conmigo.

 Te encontré, recuerdo, una noche en un bar pidiéndote una cerveza, con esa mirada en busca de auxilio.

Te encontré, lo recuerdo, y desde entonces yo ya no estoy tan perdido. Nos encontré a los dos, entonces, aquella noche, tú pedías una cerveza y yo sólo quería que me dieses tu número. 
Y todo empezó así, sin parecer el comienzo de nada. Y mientras me sometía a una sesión de hipnosis impartida por tu boca; fijamente escuchaba lo que decías,  como cuando vas borracho e intentas controlarte. 

Fijamente, como en un sueño, prometo que me alejé de allí sin irme, 
y te hice el amor en algún sitio al que algunas veces vuelvo.

A veces vuelvo, sí, a tu cuerpo desnudo, al lado del mar, y tu media sonrisa, tu piel suave, las olas que suenan contra las rocas y un día que muere, atardeciendo, y entre las cenizas nacemos nosotros en mitad de un orgasmo. 
Y encuentro la paz recostado en tu pecho.

Pablo Neruda (Autor)