Esta es una selección de todos aquellos poemas que me han estremecido el corazón..

Un reencuentro con la mayor expresión artística del alma.. La Poesía..

21 de octubre de 2011

Por la voz a ti debida

Tú vives siempre en tus actos.
Con la punta de tus dedos
pulsas el mundo, le arrancas
auroras, triunfos, colores,
alegrías: es tu música.
La vida es lo que tú tocas.

De tus ojos, sólo de ellos,
sale la luz que te guía
los pasos. Andas
por lo que ves. Nada más.

Y si una duda te hace
señas a diez mil kilómetros,
lo dejas todo, te arrojas
sobre proas, sobre alas,
estás ya allí; con los besos,
con los dientes la desgarras:
ya no es duda.
Tú nunca puedes dudar.

Porque has vuelto los misterios
del revés. Y tus enigmas,
lo que nunca entenderás,
son esas cosas tan claras:
la arena donde te tiendes,
la marcha de tu reloj
y el tierno cuerpo rosado
que te encuentras en tu espejo
cada día al despertar,
y es el tuyo. Los prodigios
que están descifrados ya.

Y nunca te equivocaste,
más que una vez, una noche
que te encaprichó una sombra
-la única que te ha gustado-.
Una sombra parecía.
Y la quisiste abrazar.
Y era yo.

13 de octubre de 2011

Tiempos Jubilosos - Violeta Luna

I

Quisiera adivinar
lo que te suena adentro.
saber si como yo
te rompes en cascadas o campanas.
Saber con más certeza
si somos dos guitarras minerales
o cítaras frenéticas.
Poder adivinar
si el mismo caracol nos canta adentro
mojándonos de estrellas y de olvido

II

Estás aquí conmigo
puntual como la luz en la ventana,
abierto como un libro
y lleno de palabras especiales.
Te veo como un barco
que trata de llegar a mi pupila,
o como un sabio mago
que logra sacar lunas de mi nombre.

III

Contigo todo es nuevo
aún lo conocido y repetido,
y hasta los días lunes son distintos.
Tal vez el almanaque no regrese,
y aunque los vientos ladren
y muerda el aguacero,
no ha de morir mi espacio,
aquel a donde llegan y florecen
tus tiempos jubilosos.

IV

Te acercas
y es como si a lo largo de mi cuerpo
se recostara un sol estremecido,
o como si en los brazos
se detuviera un río deleitoso.
Entonces me recorres
y siento que hay abejas en mis poros
y música en mi sangre.
Y sobre las palabras,
aquellas que se dicen y se escriben
está la llama misma de nosotros.

V

Por todo lo que tengo entre tus días,
tus brazos y tus cosas,
por todo lo que somos en palabras,
en tiempo y en recuerdos,
por todas las mañanas con violines,
con vientos o llovizna,
por todo lo que somos en el sueño
y todo lo que somos en la vida,
por ambos que nos damos sin rompernos
confieso que el amor tiene tu nombre.


***